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  1. Y el "Buenorro del mes" es...

    martes, 9 de julio de 2013

    AVISO I: Abstenerse aquellos que no entienden las ironías, por favor.

    “El portador de la entrada conoce y acepta el riesgo que comportan las competiciones de motociclismo y acepta todo tipo de riesgos y peligros que se deriven del evento. El portador renuncia, en su nombre y en el de sus herederos o legitimarios, a todas y cualquier reclamación que pueda interponer (ahora o en cualquier momento futuro) eximiendo de toda responsabilidad y manteniendo indemne y libre de toda responsabilidad a Dorna“.

    Este, señores y señoras, es el postulado número nueve de esos tan ignorados “Términos y condiciones” expuestos a la hora de comprar una simple entrada para un Gran Premio de motociclismo. De vez en cuando quizás viene bien pararse en aquellos párrafos ilegibles para darte cuenta de la importancia que tiene lo que para algunos no es más que un mero entretenimiento.

    Muy desgraciadamente los verdaderos aficionados conocemos la cara más amarga de esta nuestra pasión. Conocemos las mieles del éxito, la gloria que otorga el cajón más alto del podio, la felicidad que de la victoria… pero desafortunadamente también hemos vivido de primera mano el amargo sabor de las lágrimas por perder en pista a tu piloto favorito, sabemos añorarle cual familiar cercano e incluso, todavía queda la remota esperanza que te hace pensar que en cualquier momento le verás dando guerra en la curva final de un gran circuito. Porque el motociclismo comienza siendo una simple afición, pero acaba calando tan hondo que se convierte inadvertidamente en una forma de vida, tu propia forma de vida.

    Pero en esta ocasión no vengo a hablar de lo que para mí, y para muchísimas personas, representa el motociclismo. No. En medio de esta emotiva escena que todo aficionado acérrimo conoce,  llega la “colorida” (puesto que no soy capaz de encontrar más calificativos positivos) revista “Bravo por ti” (@Bravoxti)  y nombra en Junio como Buenorro (palabra que ni siquiera existe) del mes nada más y nada menos que a Marc Márquez, piloto de motogp.

    ¡Qué inmensa alegría! ¡Mil gracias Bravo! Si, gracias, has leído bien. Gracias por abrirme los ojos ¡qué equivocada estaba! ¿Para qué galardonar a Márquez por ser el piloto más joven en ganar una carrera de moto gp? ¿Para qué aplaudir su pilotaje y su impecable inicio de primera temporada en la categoría reina? (Ojo, que yo no soy fan de Márquez). ¡Qué ciegos hemos estado todos! ¡Y sobre todo, todas! Por lo que verdad hay que galardonar a Marc Márquez es por ser: ¡EL BUENORRO DEL MES!

     Ya de por sí es sorpresa encontrarse algo tan profundamente absurdo como que una “revista” para adolescentes donde rebosan las hormonas por doquier, premie al “Buenorro del mes” (luego nos quejamos de juventud), pero ya el colmo es que metan las narices en algo tan serio, o por lo menos a mi me lo parece, como es el motociclismo.

    Inmersa en el revuelo que entre todos los aficionados, y sobre todo aficionadas, causa dicha denominación, comienzas a leer tal documento intentando buscarle algún remoto sentido a todo esto. Y no. No lo busquéis, porque no lo tiene. Adentrémonos un poco más en el mundo “bravo x ti” (luego se quejan de que los jóvenes no sabemos escribir bien), y analicemos los comentarios:






    Isaa se alegra por Marc, pero a ella le parece más buenorro Lorenzo (Voto I). Como podéis observar, el espíritu “Nico Abad” ha calado hondo en el corazón de grandes aficionados como Isa y sabe exactamente el horario y duración de la operación del piloto Mallorquín. Igual estamos pensando mal y quizás ella misma pertenece al equipo médico que realizó la intervención. Otro dato importante: “las motos a las 15:00”, los FP, las carreras de moto 2, moto 3 ¿Para qué andar molestándose? ¿Pa’ qué?






    Simplemente, voto II. Sinceramente, a ambas me encantaría preguntarlas su opinión sobre el famoso adelantamiento en Jerez de última curva y si encuentran similitud con el Rossi-Sete. Podría ser bastante curioso el debate.





    Anónimo simplemente “sealegra”. Yo me alegría enormemente de que al menos se esforzara de escribir un poquito mejor, pero de alguien que colecciona “los anillos mágicos que cambian de color cuando se te acerca el buenorro de clase” ¿Qué te puedes esperar? Aún así, lo último que se pierde es la esperanza, así que ¡ánimo anónimo!





     Y por último, Marina:3 se acuerda del incidente ocurrido el pasado año en Montmelo (lo dudo) y reabre la brecha entre ambos pilotos. Aunque a mi eso del “Bueno-raro” no me acaba de quedar demasiado claro, polémica servida. En el próximo GP, especial de 5 horas en directo de mediaset. A pesar de ello, ¡Chicas, el próximo mes todas a votar a Pol, jope!



    A pesar de todas estas genialidades, quizás lo que más miedo me da es uno de los comentarios de la propia revista: “Hacia tiempo que no había tanta diferencia de votos entre los propuestos al buenorro de la semana”. Atención, ¡rezar porque todas las electoras no se hagan “supermegafans” de “las motos”! Rezar noche y día pues no me apetece salir nadando de twitter cada fin de semana debido a los flujos que suelten dichas individuas por sus partes íntimas.

    ¿Tengo que repetir el aviso del principio? Espero que no. Bueno, esto último no, no es ironía porque, señores y señoras, está pasando.

    Lo cierto es que no culpo a estas chicas pues dudo que sobrepasen los 15 años; si no es así, debería de consultar a un profesional, no debe ser demasiado sano leer revistas de la calaña con una edad mayor.  Ahora si, pongámonos serios:

    Después de todo este testamento todavía no he encontrado un adjetivo (a parte de “colorido”) que le otorgue una sola característica positiva a esta revista y mucho menos uno que exprese las arcadas me provoca leer cosas tan banales como lo anteriormente citado. No quiero ser hipócrita, yo también la compraba, todas la hemos comprado a la edad de 13-14 años y es ahora cuando te das cuenta de la cantidad de dinero que has perdido tontamente. Pero, desgraciadamente, de eso te das cuenta tarde y, por suerte, justo en el momento en el que tienes la capacidad de analizarla a fondo y exponer tu crítica.

    Sinceramente no conozco los requisitos para trabajar en dicha publicación, pero francamente, no veo necesario ni siquiera poseer el titulo de periodismo. Personalmente, si yo fuera periodista sería una enorme frustración acabar trabajando en un bodrio así donde plasmar todo lo que con tanto esfuerzo se consigue como es una carrera universitaria se base en poner cuatro chorradas inmaduras en una revista en la cual ni siquiera el nombre está bien escrito (Bravo x ti).

    En primer lugar no voy a hablar del profundo hedor sexista que esta revista rezuma por cada una de sus páginas, más que nada porque sé que tenéis una vida, y que no os puedo tener una semana entera pegados al ordenador leyendo una entrada kilométrica, así que intentaré centrarme en el “Buenorro del mes”.

    Harta de leer comentarios por todos conocidos contra todas aquellas mujeres que hoy en día amamos y vivimos este deporte, una lee cosas como estas en, al fin y al cabo, un medio de tirada nacional y realmente le dan arcadas. Se hace difícil ya de por si ver como cada vez más las redes sociales se llenan de individuas que no ven más allá del físico, en  cualquier deporte conocido, pero aún se lleva más cuesta arriba cuando estas se apoderan de un deporte que para ti va más allá de toda competición.

    Refresquémonos la memoria:



    -         ¡Cállate! No sé para que narices opinas si las mujeres no tenéis ni idea de motociclismo.
    -         ¡Vete a fregar y deja la mecánica para los hombres!
    -         A ti te gusta este piloto porque te pone, no porque te interese su pilotaje.


    Esto son los tres comentarios, llamémosles “tipo”, que todos conocemos. ¿Quién de nosotros no ha visto, leído o incluso recibido un comentario como este? Nadie, ¿verdad? Y, ¿no os parece realmente denigrante que en pleno siglo XXI sigamos escuchando barbaridades como estas? Quizás la clave para erradicarlo está en analizar las causas de tal lacra social.

    Una vez alguien dijo que si hay algo peor que un hombre machista sin lugar a duda es una  mujer machista. E innegablemente estoy totalmente de acuerdo con ello. No sé si recordáis un reportaje del año pasado, precisamente de mediaset, en el preguntaban al ciudadano de a pie qué era una horquilla (Aclaración para las lectoras de “Bravo x ti”: Pieza que en las motocicletas y vehículos de similares características va desde la rueda delantera hasta el manillar. Más sencillo: lo que une la rueda a la moto. Más sencillo aún… bah, da igual) pues una mujer respondió tan frescamente con un: “¡A mi no me preguntes, soy una mujer!” Después de los profundos instintos asesinos que surgieron en mí en ese preciso instante, una enorme tristeza te invade al pensar que hasta en las propias mujeres existe tal sentimiento de inferioridad del que, sin vergüenza alguna, muchas son capaces de alardear.

    No quiero salirme del tema, pues el sexismo sinceramente es un tema muy extenso del que se debería de hablar más y yo, aunque me toque de lleno, no vengo a hablar de eso. Quizás la raíz de este enorme grano de pus se encuentra en revistas del nivel de “Bravo x ti”. Inculcar a niñas con una media de edad de 12-15 años valores tales como la superficialidad, el sexismo o incluso la propia ignorancia es totalmente un grave insulto a la dignidad humana. No estaría bien culpar solamente a esta publicación, pues existen millones de medios de comunicación que promueven libremente este tipo de comportamientos. El mismo canal que emite el mundial de motociclismo (Energy) presume de ser un “canal masculino” por emitir deportes tales como el fútbol o el mismo motociclismo, y que yo sepa, soy aficionada a ambos y no, no me considero un hombre ni tengo pinta de ello.

    Antes de que me denuncies casi por acoso por el pedazo de alegato que os he dedicado, decir que sé de buena mano que no voy a derrocar una empresa tal y como es la revista anteriormente citada, ni mucho menos voy a acabar con el sexismo que atañe a esta sociedad y en especial a un deporte como el motociclismo, pero menos iba a conseguir quedándome callada y tragándome estas palabras que sé de buena tinta que muchos y muchas de vosotras pensáis (o no) tal y como yo las pienso. Simplemente aconsejaros que nunca, nunca jamás os quedéis callados ante algo que no os gusta, con los brazos cruzados pues solo luchando se consiguen todo. Absolutamente todo.

    Finalmente decir, (si, ya termino), que muchas veces reflexiono y llego a la conclusión de que posiblemente sea yo la ilusa equivocada que piensa al contrario de toda la humanidad. Quizás, al contrario de lo que yo opino, las niñas de 12 años debe preocuparse por pintarse bien la raya del ojo, por ponerse tacones cual andamios de obra o por cazar “al buenorro del insti” pero, a voz alta grito aquí y donde sea que estoy muy orgullosa de ser capaz de ver más allá de un físico, de disfrutar de cada cambio de neumáticos, de cada adelantamiento en curva, de preferir antes la camiseta de mi piloto favorito a los “modelitos” con los que los dichosos twitters de “Modaorgasmica” nos bombardean a diario (ojo, que para esto tengo otras 20 hojas de Word),  de conocer la verdadera esencia de este deporte y de otros muchos y, sobre todo, orgullosa de no conformarme nunca jamás con lo establecido y, aunque no sirva de nada, intentar cambiarlo con estas palabras.


    Gracias por leerme, @MariaYellow46 .
    Aludidos, quejas y sugerencias: pincha aquí + comentarios. 



    (AVISO II: Visto que has llegado al final después de tal mamotreto, he decidido regalarte un apartamento en Torremolinos, contacta con @bravoxti para todo los trámites)




    Ya que lo habéis leído hasta el final, que menos que dejar un pequeño comentario con vuestra opinión. Como os he dicho, nunca jamás os calléis.Y por favor, hacerme publi, que yo no os he metido anuncios al medio cual mediaset spain. 

  2. Grazie.

    sábado, 16 de febrero de 2013


    La vida misma es como un gran premio, la velocidad la chispa de la vida, aquella pócima mágica que te da alas para seguir adelante, sin miedo, para conseguir llegar a la meta y ver, desde el cajón más alto del podio como el mundo entero se rinde a tus pies.  Es pues la mejor perspectiva la que te da el éxito, la que te hace ver como cada gota de sudor, cada noche sin dormir e, incluso, cada caída vale la pena, pues en la vida todo esfuerzo, tarde o temprano, siempre es recompensado. Cada vuelta una experiencia que contar, cada caída un sólido motivo por el que seguir adelante. El circuito, la vida, no siempre recta y, por supuesto, no siempre es momento de acelerar, el saber frenar es un valor a tener en cuenta. Aceleras, frenas, te caes, te levantas, vuelves a empezar, llegas a la gloria.

    Y es que esta visión vital, esta forma de vida solo es comprensible por todo aquel amante de la velocidad: aquel que se emociona en cada curva, el que cuenta los días entre GP, el que ve motos en los lugares más inverosímiles posibles.  Porque, realmente, el día en el que te das cuenta de que todo esto forma parte de ti, el día en que lo aceptas como una verdadera forma de vida es cuando, realmente, te sientes una persona diferente. Es entonces cuando empiezas a contar en milésimas de segundo y comienzas a vivir a 300 Km. /h. 

    En esta misma carrera, a la que solemos llamar vida, te encuentras miles de corredores que, junto a ti, intentan conquistar la gloría eterna. Grandes compañeros con los que compartir sonrisas, lágrimas, éxitos y fracasos. Una familia en toda regla, un grupo de personas con el que puedes contar a pesar de la distancia que, incluso pueden saltar la barrera virtual para formar parte de tu vida, convertirse en grandes personas a las que, verdaderamente, considerarlas parte de ti, hermanos que, sin la misma sangre, te acompañarán hasta en los momentos más duros.  También es reconocible que en estos mundos, muchas de personas escondidas cobardemente tras el anonimato intentarán hacerte daño, pero hay que saber a aprender que no hay mayor desprecio que el no hacer aprecio.

    Nunca imaginé que una plataforma como twitter pudiera marcar un punto de inflexión en mi propia vida.  Las aficiones son más fructíferas cuando son compartidas con personas que, realmente, comprenden tu forma de pensar. Lo aprendido junto con estas personas sobre todo este mundo es admirable. A mi alrededor mucha gente no me entiende o no quieren entender lo que todo esto supone en mi. Y es que lo que para algunos son simples locuras, para otros son simples actos de voluntad hacia el fin que suponen seguir un deporte como este. Es difícil explicar lo que esto supone de por sí, pero si algo he de tener claro es que, si esto es lo que me llena, lo que realmente me hace feliz, lo perseguiré cual piloto apura al máximo para conseguir llegar a meta, aunque la carrera esté limitada por las peores condiciones, aunque te quedes solo en la pista, aunque la propia moto no tenga fuerzas para seguir adelante. El podio es la gloria y la gloria es la meta. 

    Cada uno posee sus propios gustos, sus propias inclinaciones ante pilotos, marcas e incluso forma de pilotar, sin embargo, cuando se trata de estar unidos, no existe una afición mejor. En los malos momentos, siempre estamos allí todos. Es realmente gratificante ver como, aficionados al piloto de signo contrario al tuyo, te felicitan después de cada conquista. Las rencillas son inevitables en todo deporte, e incluso son positivas hasta cierto punto, le dan ese toque picante que se manifiesta en forma de emoción desmedida en cada cruce, en cada adelantamiento. No hay que olvidar que todo esto es un deporte, en el cual, sin competición, las ansias de mejorar, de llegar a lo más alto, desaparecerían.

    Admiro a muchas personas que he conocido gracias  a este bendito mundo, pero me siento en la obligación de hacer una mención especial a mi familia amarilla, los Rossistas. Soy aficionada a otros deportes, formo parte de otras aficiones, pero nunca en la vida me había topado con ninguna otra como los seguidores de Valentino Rossi.  Valen ha sido, es y será siempre un grande del motociclismo, para mí, podrán llegar otros mejores que él, sin embargo, nadie como él; odio las comparaciones del tipo: “el nuevo Rossi”, aunque me guste mucho el piloto al que le sea aplicada, porque él, precisamente él es único, inimitable.  

    Juntos hemos pasado grandes épocas, hemos ganado inmensas batallas junto a él.  Nos hemos elevado a la gloria gracias a él e incluso, hemos probado las más dulces mieles del éxito. Sin embargo, no todo es oro lo que reluce y, en los peores momentos las grandes personas se hacen aun más grandes. La resignación primeriza se convierte en unión, perseverancia y fuerza. Es como amarrarse a lo más dentro de tu propia esencia para, cual ave fénix resurgir con aún más fuerza, sonreír incluso cuando más difícil resulta y gritar en medio de la tormenta que volverás, lo conseguirás.  Ahora pues, más que nunca hay que permanecer unidos, Restiamo uniti nos dijo él, pues si nuestra última oportunidad no funciona, de nosotros depende demostrarle que nunca, jamás estará solo, porque si algo no funciona, allí donde este él, estaremos nosotros, dispuestos a empujarle hasta la meta, por muy duro que sea el camino.




    Es por eso que hoy, precisamente hoy, dieciséis de febrero, cumpleaños de una de las personas más grandes que ha pisado este mundo, lejos de felicitaciones que se pierden entre millones de tweets, quiera daros las gracias a todos y cada uno de los rossistas que he conocido a lo largo de todos estos años. Tengo la desgracia de no tener a nadie cerca de mi entorno con el que compartir mi gran admiración por el 46, por ello agradeceré siempre formar parte de esta gran afición. Gracias por compartir junto a mi cada carrera, cada opinión, cada lágrima y cada sonrisa. Gracias por todos esos grandes momentos que aún juntos nos quedan por vivir, y sobre todo, gracias por recordarme, cada día, lo grande que es ese pequeño rubio italiano que, no contento con los karts, los cambió por las minimotos para convertirse en el dios del motociclismo.