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  1. L'autodromo del Mugello;

    viernes, 13 de julio de 2012

    Todos en la vida tenemos un sueño. Cada uno de nosotros poseemos una ilusión por la que luchar, una visión de futuro que nos gustaría cumplir. Muchos de estos deseos pueden ser materiales: comprarse una casa en la playa, tener un armario repleto de ropa cara, tener la última tecnología… Todos son totalmente respetables, pero en mi humilde opinión, las verdaderas ilusiones son aquellas que dejan huella en ti, aquellos sueños que tras cumplirlos te queda una irremediable sensación de felicidad que perdurará eternamente y que se rememorará cada vez que recuerdes aquel día en el que esta aspiración pasa del plano de la fantasía a la tangible realidad.

    Comos os he adelantado, os estoy hablando de una de las ilusiones de mi vida y esta es visitar el gran premio de Mugello. Habrá circuitos con mejores instalaciones, habrá países más acogedores e incluso puede que no tenga entre su asfalto las mejores gestas del motociclismo, pero el sentimiento que este circuito desprende es algo que ni los más grandes pueden alcanzar. Yo vivo enamorada de este trazado.

    En plena Toscana italiana, a 30 km de la famosa ciudad de Florencia. Con 5245 km.,  quince curvas: seis a izquierda y nueve a derechas, 14 metros de anchura y un desnivel de 41 metros, el circuito dirigido por la prestigiosa escudería italiana de Ferrari, acoge el mundial de motociclismo desde 1974. 


    Y es que es ver el ambiente que entre estas históricas gradas se cuece e inmediatamente es irremediable que comience a pensar en la idea de viajar a Italia para cumplir este sueño. No soy de las personas negativas que se ahogan en un vaso de agua pensando que jamás conseguiré mis propósitos. Es más, mi filosofía de vida se basa en pensar que cada día queda un día menos para alcanzar la meta.


    Una de las cosas que me llaman la atención, y que más me gustan de este circuito, es la apertura de pista, lo que permite a los aficionados poder celebrar las victorias junto con su ídolo, al lado del podio. Totalmente genial. Además esas colinas inconfundibles enmarcan a Mugello en un clima excepcional, único y mágico.

    Cinco premios "Best Gran Prix Honours" concedidos por nada más y nada menos que IRTA le suman a este GP el titulo de mejor circuito, el último otorgado en 2011. Actualmente es el que más galardones posee. También fue, en ese mismo año, el trazado más rápido (173,016 km/h)Todos ellos son argumentos tangibles que corroboran mi propia idea. 

    Esa es la razón por la que cada año espere con esta gran ilusión la llegada de este gran premio. Las velocidades que alcanzar esas bestias del motor en esa eterna recta italiana, los silbidos hacia algunos pilotos no muy bien recibidos, la emoción de la grada Ducatista y, por supuesto, el rugido del sector Rossista que por encima de cualquier fábrica, anima más que nunca a su piloto.

    Mugello es por excelencia territorio Rossista. Aquí, más que nunca los tifossis alzamos la voz, pues no hay mejor lugar que este para desechar aquel refrán que dice "no hay profeta en su tierra". Valentino es aquella excepción que rompe la regla.

    "Mugello es increíble, no hay nada igual en el mundo con tantos aficionados rodeando las colinas y cuando sales a dar la primera vuelta escuchas el sonido de todos ellos. Siempre miro hacia adelante e intento estar a un buen nivel. Es la carrera de casa."   VR|46

    Honda nsr 500, GP Mugello 2001.
    En este trazado, todo tipo de emociones han estado presente. Aquí es donde cada temporada esperábamos con ilusión el estreno del nuevo diseño de la moto de Valentino, que ahora ha quedado reducido a un casco. Hay una anécdota que dice que una de las muchas locuras del italiano sucedió la noche previa a la carrera de Mugello 2001. ¡Se pasó toda la noche anterior decorando su moto!. Honda, que por aquellos tiempos era el equipo al que pertenecía, le llamaron la atención ya bien entrada la madrugada, pero a pesar de esto, siguió hasta que terminó aquella maravilla. 
    ¿Quién no recuerda esta mítica hawaiana?

    Aunque, desgraciadamente, Mugello no siempre ha sido una maravillosa parada en mitad del mundial de motociclismo donde disfrutar del mejor piloto de las historia. Todos, absolutamente todos los aficionados del motociclismo recordamos aquel fatídico suceso: 2010,  veinte minutos para finalizar la segunda jornada de entrenamientos libres. La rueda trasera de la M1 pierde adherencia y en la curva Biondetti sucede lo peor. Fractura abierta de tibia y peroné en plena lucha por la conquista del décimo mundial. La lesión más grave de toda su carrera. Valentino Rossi, tras 230 carreras disputadas, se perdía su primer gran premio. Algunos se alegraron, pues esto ponía muy de cara las cosas para el rival más directo en aquel momento: Jorge Lorenzo.  Ese cinco de mayo del 2010 fue un día sin duda para olvidar, aunque también fue el día en el que la leyenda se hizo más grande. En el, el mismo demostró no ser solo el mejor piloto de la historia, si no también una de las mejores personas que pisan esta tierra. Aunque, eso es otra historia.

    Entre F1 y motociclismo, es mucha la historia que se guarda entre este asfalto y es por todo esto que para mí y ,como he podido comprobar estos últimos dias, para muchos aficionados al motor, Mugello sea la meca de todo motero y por encima de todo esto,  en mi vida, un sueño por cumplir. Mi amor platónico.


  2. 1 comentarios:

    1. Anónimo dijo...

      Otra vez te has vuelto a superar. Nunca hubiera dicho mejor lo grande que es Mugello como circuito. Ojalá se cumpla tu sueño.

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